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viernes , 26 de Abril de 2024
Con un mega evento regional en la provincia de Mendoza, de esos que no son habituales en momentos como los que atraviesa la industria automotriz local, Ford Argentina realizó la presentación en sociedad de la Nueva Ranger producida en la Planta Pacheco. La evolución de la pick up mediana incorpora novedades en el diseño y mayor tecnología aplicada al confort y la seguridad de los ocupantes.
Como el modelo destinado a Europa, el modelo del óvalo sumó un nuevo rediseño para la zona delantera, con una nueva parrilla trapezoidal con dos barras horizontales. Uno de las características distintivas es que ahora no está asociada al paragolpes, que también posee un diseño novedoso.
El nuevo “look” lo completan las renovadas ópticas de las versiones más equipadas, las Limited y Black Edition, que mantuvieron el diseño exterior y sumaron luces de xenón y luces diurnas LED. Por su parte, las llantas de las XLT (17”) y Limited (18”) estrenaron diseño, igual que la antena de techo.
Los colores de la carrocería, en tanto, son los mismos Cafayate, Rojo Bari, Negro Perlado, Gris Magnetic, Plata Metalizado, Blanco Oxford, a los que se suma el nuevo y llamativo Azul Belice.
En el habitáculo, Ford extendió el rediseño del panel de a bordo a todas las versiones, gracias a la nueva configuración eléctrica denominada CGEA1.3. La versión XL (la más accesible) posee un sistema multimedia con nueva pantalla a color con 4,2”, conectividad Sync y control por voz, junto con un nuevo volante multifunción y el cierre centralizado a distancia.
En el caso de la XLS, la pick up recibió luces antiniebla delanteras, nuevo volante multifunción, climatizador automático de dos zonas, cámara y sensores de estacionamiento posteriores, portón de caja carga con asistencia y sistema multimedia con pantalla táctil de 8” y Sync 3 compatible con Apple CarPlay y Android Auto.
A lo mencionado anteriormente, la Ranger XLT sumó el espejo interior fotocromático y el sensor de lluvia. Y las Limited y Black Edition recibieron el acceso sin llave y el encendido mediante botón (Ford Power), mejoras en el sistema de presión de neumáticos y el frenado autónomo de emergencia con detección de peatones y vehículos (ya tenían control de velocidad crucero adaptativo y mantenimiento de carril).
Otras de las novedades son para el motor Puma 2.2, el turbodiésel más pequeño de la gama. Ahora entrega 160 caballos (antes tenía 150 CV) y 385 Nm (antes 375) entre 1.600 y 2.500 rpm. La familia además cuenta en lo más alto de la gama con el poderoso Puma 3.2 turbodiésel con cinco cilindros, 200 CV y 470 Nm, y el naftero Duratec 2.5 con 166 CV y 225 Nm (apto para GNC).
Por su parte, la oferta de transmisiones continúa con la caja manual con cinco marchas para el impulsor naftero, la manual con seis velocidades para los dos motores diésel o la automática con seis cambios y modo secuencial para toda la gama, excepto la XL. La tracción, en tanto, es trasera o 4×4 con conexión electrónica en marcha y reductora.
Con la renovación, toda la familia tiene una nueva configuración eléctrica, dirección con asistencia eléctrica y variable y suspensión delantera con rediseño de sus componentes: barra estabilizadora, parrillas, topes de suspensión, amortiguadores y chasis. Con una configuración que varía según la versión, el sistema optimiza el confort y la experiencia de manejo.
La evolución de la pick up mediana tendrá su lanzamiento comercial en agosto por lo que los nuevos precios aún no fueron anunciados. Contará con una gama compuesta por 17 versiones y una garantía de 5 años o 100.000 kilómetros.
El nuevo modelo estará acompañado de la variante deportiva Ranger Raptor con el motor 2.0 diésel biturbo con 213 CV y caja automática de 10 velocidades, que llegará importada desde Tailandia (ya se puede adquirir mediante una preventa), y las poderosas “full size” pick ups F-150 y F-150 Raptor, que arribarán a fin de año.
La frase es casi una marca registrada de Gustavo Oneto, Gerente de Desarrollo de Ingeniería de la compañía, con quien dialogamos en Mendoza. Ford rediseñó por completo, y en toda la gama, los componentes de la suspensión delantera, reposicionando la barra estabilizadora y mejorando parrillas, topes de suspensión, amortiguadores y chasis, en pos de optimizar el confort de marcha y la experiencia de manejo.
“En el caso de la suspensión, la idea era ver como hacíamos para transformar a la Ranger en un vehículo más versátil, que tenga más confort de marcha, mejor andar, pero que no pierda ninguno de los atributos que la caracteriza, como la conducción off road, on road, capacidad de carga, tracción, para lo cual se hizo un trabajo grande de la suspensión, prácticamente la rediseñamos”, nos explicó Oneto.
“Cambiamos la barra estabilizadora, la pasamos de adelante a por atrás de las torretas de suspensión, y la clave de eso fueron los puntos de sujeción; ahora la barra está fijada sobre los largueros del chasis lo cual le va a aportar mayor rigidez torsional al sistema. Esto nos va a dar un mejor control del rolido. Y al lograr esto pudimos trabajar sobre las curvas de los amortiguadores, los resortes, los elásticos, y buscar algo más de confort, manteniendo una camioneta controlada”, agregó.
“También cambiamos el tope de suspensión, que pasó de estar en el brazo inferior a estar axialmente montado sobre el conjunto amortiguador y eso nos permitió aliviar las cargas que afectan al sistema de suspensión y nos permitió trabajar con otros compuestos que nos dan mayor confort. También cambiamos la presión de inflado de 35 a 30 psi lo que te da un confort adicional en los eventos en la ruta de poca amplitud y mucha frecuencia. Ese trabajo se llevó también a la parte trasera de la suspensión”.
Todo este trabajo en la suspensión redundó en un cambio de “feeling” de la dirección, que ahora trabaja más descargada. La misma, que ahora es eléctrica para todas las versiones, recibió modificaciones en el software para cambiarle el amortiguamiento y el “feedback” y eso hace que la dirección se perciba más liviana.
Otra mejora que no se ve a simple viste es el asistente de cierre del portón, que es una barra de torsión que trabaja para que el accionar sea mucho más liviano y amigable. Lo probamos, y es un cambio que realmente se siente y agradece. Además, con el agregado de la apertura, cierre y arranque mediante la llave de presencia, también se puede abrir y cerrar desde el control remoto el portón de la caja.
Respecto de la insonorización, se agregó un burlete nuevo en el pilar B, que mejora notablemente la entrada de ruido de viento y la entrada de polvo dentro del habitáculo.
Continuando con los cambios, la antena, además de haber cambiado de forma y de posición (ahora se ubica en la parte trasera del techo) también incluye la señal del GPS, con lo cual la recepción va a aumentar al no estar dentro del vehículo.
Una adición que merece destacarse y que hace a la seguridad se relaciona con el radar, que es nuevo y que ahora se ubica en el eje central de la camioneta. La cámara también es nueva y entra en acción un nuevo módulo de procesamiento de imágenes, conjunto que le permite a esta Ranger tener entre su nueva dotación el frenado autónomo de emergencia.
Esta función está diseñada para asistir al conductor en la detección de objetos estáticos y móviles (personas y vehículos) y va a poner a disposición un procedimiento de seguridad en el caso de que el conductor no tome acción ante una emergencia. Primero va a avisar con una advertencia visual y sonora, además de precargar los frenos, para luego comenzar a frenar (si el conductor sigue sin hacer nada) y en una etapa posterior, a menos de un segundo del potencial impacto, va a aplicar toda la presión de frenado disponible, para evitar o minimizar el incidente.
Con esto concluimos el informe de esta renovación de la Ranger, que ahora cuenta con mayores argumentos en los apartados de diseño, tecnología y confort, para dar pelea en uno de los segmentos más picantes de nuestro mercado.
