logo

PRUEBAS

03/06/2011

Test Chevrolet Spark II

El nuevo Chevrolet Spark de nacionalidad coreana y diseño 100% Chevrolet, es un compacto urbano de última generación con alto magnetismo visual. ¿Será capaz de seguir a sus compañeros de segmento con capacidades para escapar de la ciudad?

Test Chevrolet Spark II

La segunda generación del Chevrolet Spark es la primera 100% realizada bajo el ala de General Motors. La anterior se basaba en el Matiz de Daewoo, marca absorbida por el gigante de Detroit y hoy utilizada como base para la nueva camada de modelos globales con el moño al frente.

La diferencia es radical, de aquel modelito alto y angosto, con algunos rasgos simpáticos, pasamos a este compacto urbano de estilo robusto y deportivo. De su antecesor conserva las medidas compactas, aunque crece en todos los sentidos, alcanzando los 3.640 mm (+145 mm) de largo, por 1.597 mm (+102 mm ) de ancho y 1.522 mm (+22 mm de alto), pero sin salirse de los parámetros de su segmento.

Estéticamente se destaca la gran parrilla en forma de escudo, imagen global de la empresa. Dominando el frontal, empuja el paragolpes hacia abajo, creando una trompa alta y sólida que es acompañada por los grandes faros ascendentes y la línea lateral que va escalando hacia la zaga.

Los guardabarros ensanchados, el zócalo creciente, el techo curvado y las manijas de las puertas posteriores, encastradas en el parte final de las ventanillas, rematan el estilo deportivo. Atrás ofrece un extraño spoiler negro mate y faros alargados con mascaras transparentes y luces redondas en su interior

Interior

El diseño interior sigue los lineamientos del exterior con un estilo juvenil y una gran cantidad de decorados interesantes. La calidad de los materiales y sus encastres coincide con el segmento al que pertenece, con plásticos rígidos al tacto, adornados con un detallado trabajo de texturas en sus superficies. Mucho más interesantes son las terminaciones en color carrocería, como sucedía en los autos de antaño, pero ahora en plástico. Estos apliques se extienden desde las puertas por el tablero principal, pero también en los huecos portaobjetos de las contrapuertas, dando un aspecto tuning.

Uno de los elementos más interesantes es el cuadro de instrumentos. Evocando el mundo de las dos ruedas cuenta con un velocímetro convencional y un display donde ofrece conteo de rpm digital junto al resto de la información útil. Los círculos del marco dan espacio a distintos testigos, como los de las luces altas. Anclado directamente en la columna de dirección, su lectura es simple, facilitada por el volante de aro amplio, formato anatómico y estilo deportivo.

La distribución también sigue este particular estilo con muchos porta objetos, incluyendo un práctico monedero, en el tablero, a la izquierda del conductor, donde también están los controles de los retrovisores eléctricos. La consola central es increíblemente ancha, como sacada de un modelo más grande, alojando correctamente los principales comandos. Se destaca su recubrimiento en un símil carbono brillante.

A pesar de ser un vehículo chico, su altura y la utilización de laterales planos habilita un interior muy amplio, aún en las plazas posteriores, donde ofrece tres apoyacabezas y cinturones de tres puntos. El baúl es quien cede espacio con una capacidad de 170 L ampliable a 570 litros rebatiendo los respaldos. La superficie acristalada que se va encogiendo hacia el pilar posterior y la presencia del mecanismo para la manija de apertura en el lugar de la clásico paño de cristal, final dificultan la visón periférica de quienes viajen en esas plazas.

Comportamiento

Al parecer en corea el embrague empalma en un punto distinto que en otros países. Esta apreciación ya se hizo con algunos modelos de las marcas oriundas de ese país y se repite en el Spark, también producido en oriente. Esto no representa mayor problema, excepto en algunas maniobras como un estacionamiento en declive, donde pude ser que el motor se apague un par de veces.

En ciudad es confortable y se nota que los amortiguadores trabajan enérgicamente para contener cabeceos de carrocería, tendencia propia de los autos chicos y altos. En ruta es mucho más competente de lo esperado, conteniendo bien el rolido y mostrándose rápido en los cambios de trayectoria. Aquí no se trata de un fulgurante GTi, pero el Spark logra obtener muy buen grip de sus angostos neumáticos en medidas. Esto se nota a altas velocidades en recta, especialmente si hay un poco de viento, requiriendo atención constante por parte del conductor.

A la hora de frenar, baja la trompa y descuenta rápido velocidad, activando el ABS solo al límite, cuando es necesario.

La posición de manejo es correcta, sería ideal sumar regulación de profundidad a la de altura de dirección, pero tratándose de un auto pequeño no es vital para tener el volante al alcance. Los asientos son chicos y cómodos. La visibilidad es buena hacia adelante y los laterales, comprometida hacia las cuatro diagonales por los pilares delanteros alargados y los posteriores ensanchados por las manijas de puertas en el remate de las ventanillas.

Performance

Siguiendo la actual tendencia de ofrecer modelos urbanos con motores potentes, aplicada con éxito por Hyundai y Smart, el Spark deja de lado el modesto 1.0L en favor de este 1.2L 16V de 81 CV. Este cuatro cilindros empuja bien en ciudad, acompañado por una caja de relaciones cortas que le permiten un 0 a 100 km/h de 12s1 según Chevrolet. En nuestro caso, y sin esforzarnos mucho por hacer un arranque perfecto, rondamos la cifra oficial.

El punto realmente crítico del Spark es la falta de separación acústica entre el motor y la cabina, algo que se percibe en la primer acelerada y luego al pasar los 100 km/h, cuando el tacómetro indica poco más de 3.000 rpm. Lo mismo sucede respecto de las ruedas, marcando cada cambio de asfalto en la cabina.

La contracara de la 5º corta es la capacidad que tiene el pequeño de recuperar aún en el cambio más alto, donde se muestra enérgico, aprovechando que el torque máximo de 11.3 kgm llega a 4.800 rpm. Chevrolet declara que el modelo alcanza los 164 km/h, en nuestro caso, luego de mantener un buen rato el acelerador soldado contra el piso, llegamos a ver el velocímetro alcanzando su tope de 180 km/h.

Conclusiones

El nuevo Spark pertenece al segmento sub-urbano, pero apunta alto, tanto por estética, tanto exterior como interior, y equipamiento, incluyendo doble airbag, ABS, cuatro levantacristales y espejos eléctricos, y un estéreo con las actuales entradas Aux y USB.

Su motorización le permite solvencia en autovías y rutas, aunque la aislación acústica es el punto crítico del modelo. Por lo demás, el Spark es práctico, frugal y hasta puede ser divertido de conducir.

 

Textos y fotos: Hernando Calaza





COMENTARIOS