Con el aparente “cajoneo” de las intenciones de renegociar el acuerdo automotriz con México -quizás para evitar un nuevo frente externo en momentos de mucha sensibilidad por el caso YPF– el Gobierno optó por la vía alternativa: aumentar el volumen de exportaciones a ese y otros destinos que pueden llegar a incidir en la balanza del comercio exterior.
La ministra de Industria Débora Giorgi convocó a representantes de las terminales argentinas con el propósito de analizar el escenario para las exportaciones del sector, que vienen cayendo fuerte en 2012: en los primeros tres meses se redujeron casi 16% en relación al mismo período del año pasado, de 100.500 a 84.500, según datos de Adefa.
En ese sentido, la ministra instó a los empresarios a diversificar más el destino de las exportaciones del sector, históricamente dependientes en forma vital de Brasil, haciendo foco en el mercado mexicano (el de mayor volumen después del brasileño) y otros con creciente potencial como Colombia y Venezuela.
Además, la funcionaria pidió “poner en igualdad de condiciones a los autopartistas argentinos con los de terceros mercados”, según consigna hoy el Diario BAE. Las terminales se comprometieron a entregar en 15 días la estructura de costos de piezas para que los proveedores nacionales puedan competir, exportar más, y aumentar la integración en los modelos fabricados en el país, agrega el artículo.

A la cita de ayer en el Ministerio de Industria no faltó casi nadie. Estuvieron los representantes de 10 de las 11 firmas con presencia industrial en Argentina: Cristiano Rattazi y Adalberto Russo (FIAT); Diego Tiburek por Mercedes -Benz; José Antonio Manucci, por Scania, Jorge Di Nucci (Ford); Nicolás Abatte, por GM Argentina; Gustavo Fosco (Renault); Diego Kukulanski por Volkswagen; Sebastián Rodríguez y Analía Pellegrino por Iveco; Ezequiel Vallejos (Toyota) y Martín De Gaetani por Honda.
Sólo en el pasado mes de marzo, las ventas a Brasil cayeron 13%, pero tal como destaca el artículo del BAE, para los industriales esto se explica por un cambio en la homologación de los motores de Brasil, que pasó a requerir certificación de la norma Euro 5. Tal como dimos cuenta días atrás, la estrategia del Gobierno para lograr un mayor equilibrio en la balanza abarca -en el caso de Brasil- acciones puntuales para lograr una mayor integración de piezas nacionales, no sólo por parte de las terminales locales, sino por parte de las tienen las mismas corporaciones en el país vecino. Para ello, solicitó a las automotrices que modifiquen la forma de licitar las compras de autopartes en uno y otro país, sin ingresar en el cálculo del precio final de cada producto factores distorsivos como los de amortización del herramental o los procesos de homologación de partes.

El pedido oficial de exportar más a México para nivelar la balanza, obliga a las terminales locales a negociar con sus casas matrices. Según aseguran, el tema volverá a ser analizado en dos semanas para conocer la respuesta de los directivos europeos o estadounidenses.