Una pieza fundamental para la conducción, especialmente en ciudad, es la visibilidad. Analizamos que hacen por el conductor vidrios y espejos del nuevo Ford Fiesta Kinetic Design.

El nuevo Fiesta es un auto relativamente alto, sin embargo se propone con un estilo deportivo que utiliza, entre otras soluciones, una línea metálica alta y ascendente que limita la superficie acristalada incidiendo en la visibilidad.

La cintura elevada complica la visión hacia los laterales, especialmente en las diagonales traseras, donde hay que sumar los gruesos pilares. Las pequeñas ventanillas posteriores no son de gran ayuda, si sirven para que la cabina no sea claustrofóbica en el asiento trasero.

Otra incidencia de esta solución estética se aprecia a la hora de estacionar, cuando la puerta eclipsa el cordón, dificultando medir la distancia del auto respecto de la vereda. Por último, la luneta trasera es realmente pequeña y está casi completamente obstruida por los apoyacabezas laterales full size que deberían ser reemplazados por un par más compacto, como el central.

En el plano frontal se aprecia el inmenso parabrisas acompañado por dos pequeñas ventanillas laterales destinadas a moderar la interrupción causada por los grandes y lanzados pilares frontales. La solución no es perfecta, pero puede evitar que se pise a un peatón en una esquina y eso es vital.

El panorama, que hasta aquí está bastante cubierto, comienza a aclararse gracias a la acción de los tres espejos. El central hace un buen aporte reflejando todo lo que suceda entre los apoyacabezas traseros. Pero la gran solución son los retrovisores exteriores, de gran calado, bien separados del cuerpo y elevados respecto de la cintura del Fiesta. Además de proveer mucha información en su gran superficie, cuentan con desempañador, muy útil los días tórridos.

Un apartado especial merecen los pequeños sub espejitos en el ángulo externo superior. Esta suerte de indicador de punto ciego, requiere un leve período de acostumbramiento ya que tapa uno de los ángulos más importantes en avenidas y autopistas, sin embargo, una vez colocado en su punto ideal trabajan de maravillas, especialmente en rutas permitiendo cambiar de carril sin tener que girar la cabeza hacia atrás.