Es un prototipo con el legado del estilo del legendario modelo nacido en los sesenta. Posee carrocería abierta con sólo dos puertas y techo de lona que además se convierte en carpa. El motor es un tricilíndrico con 110 CV.

Antes de la llegada del Salón de Frankfurt, Citroën presentó en Europa el Cactus M, un prototipo desarrollado a partir de la base del simpático C Cactus (a la venta en ese mercado) y que reedita el estilo de un clásico de la marca, el Mehari.

La novedad del exterior es que, si bien cuenta con la estética general del modelo de producción, posee sólo dos puertas -para acceder a las plazas delanteras- que además tienen la particularidad de estar realizadas con plástico.

También cuenta con unos arcos, uno perteneciente al parabrisas y otro en la parte trasero, en color madera y que conforman una base -con sistemas de sujeción incluidos- destinada al transporte de objetos como tablas de surf, ya que el concept nació del espíritu de ese deporte.

A eso se le suma el color turquesa para la carrocería, que posee una longitud de 4,16 metros, un ancho de 1,77 y una altura de 1,48. Además, en los laterales hay un estribo embutido para acceder a las plazas traseras.

En el habitáculo, algunas de sus cualidades son los materiales coloridos y resistentes a la arena y el agua (los asientos la drenan), así como el tablero digital, la pantalla táctil y los asientos posteriores que se convierten en cama.

Cuando no se utiliza, la capota de tela se despliega -con la ayuda de un sistema de inflado- hacia la parte trasera del vehículo, lo cual da lugar a una carpa que permite albergar a dos personas de 1,8 metros de altura.

El propulsor es un naftero PureTech con bloque de tres cilindros y 110 caballos, junto con una caja automática con seis velocidades y la tracción delantera con Grip Control, un sistema electrónico de tracción que adapta la misma según las necesidades del camino, con beneficios en el agarre.